La lluvia, las inundaciones, los deslizamientos, las estructuras colapsadas, la vida en peligro

¡Cuánta tristeza sentimos cada vez que vemos estas imagines que nos hacen participes de los problemas que nos provocan los diluvios. Por que tenemos que comenzar por agradecer la lluvia, de donde obtenemos el agua para vivir.

El problema ocurre cuando llueve en grandes cantidades y no estamos preparados para “bregar con la situación”.

Un primer aspecto del problema es la abundante pavimentación del suelo, que no permite que la lluvia sea absorbida por el terreno.
Por supuesto, esto viene acompañado de la deforestación del país, y la falta de una política de reforestación urbana.

Las causantes estrán en nuestro alcance atender:

Reducir el desmonte de árboles,
Reducir la utilización de pavimentos no permeables y
Reforestar aún en las ciudades, y crear huertos urbanos en los techos.

Podemos además:

Crear áreas de captación de agua en los parques, que retengan el agua más tiempo en los terrenos antes de llegar al cauce de ríos y quebradas. (salvar una vida es más importante que jugar mañana).
Brindar el debido mantenimientos a drenajes y tuberías pluviales (municipio y comunidad) y limpiezas del cauce de rios y quebradas (municipios y DRNA).

Otra idea que puede ayudarnos en este problema es la colección de agua de nuestros techos privados para guardarla en cisternas, donde podamos utilizarla como reserva para regadío, limpieza y operación de inodoros y duchas. ¿Recuerdas los aljibes en las casa de antes? La idea todavía funciona… ¡es sustentable y te economiza en la cuenta de AAA! …y por si acaso, si la cisterna es bajo tierra, todo tu terreno esta disponible para tus otras actividades.

Hasta ahora hemos estado explorando como manejamos el caudal de agua. Pero el problema tienen otras dimensiones.

Uno de ellos es el terreno en el que construimos. Por supuesto, los derrumbes ocurren donde no construimos también, pero los impactos más negativos ocurren cuando los deslizamientos afectan la infraestructura: tuberías, tendidos eléctricos, carreteras, puentes y estructuras.
Contamos en el país con ingenieros capaces que analizan los suelos en que habremos de colocar la infraestructura, identificando aquellos suelos más inestables y las prácticas aceptadas de su manejo para acondicionarlos adecuadamente, o para desarrollar estrategias de cimentación (apoyo) adecuadas para las condiciones encontradas.
Tenemos ingenieros, capacitados también para diseñar los sistemas estructurales para la infraestructura en las zonas menos apropiadas (Si no se pueden buscar otras zonas apropiadas, que es la mejor opción.)
Finalmente, muchos constructores están formados en ingeniería, que entienden y conocen la importancia de construir de acuerdo a los estándares más altos. ¿En qué estamos fallando y como podemos mejorar nuestras ejecutorias? Solo se me ocurren dos ideas principales:

Tenemos que ser mas rigurosos en nuestro trabajo, ¡todos! Asegurarnos de que tomamos todas las precauciones para que nuestro proyecto dure por más tiempo, resista bien las cargas de diseño y se construya al estándar y según especificado. Hay que dejar el “¡Hay Bendito!”, y ser más rigurosos, mejores profesionales. Tenemos que examinar si es necesario establecer estándares más altos en la construcción para evitar estos desastres recurrentes.

El tercer aspecto tiene que ver con las estructuras y la construcción, y quizás un poco ayuda a contestar las preguntas del tema anterior.

Creo que la mayor parte de los colapsos de estructuras, sobre todo aquellas donde se ha puesto en peligro la vida de otros, (apreciación no verificada), son estructuras construidas por sus propios dueños, o por personas que han advenido al conocimiento de la construcción mediante la experiencia laboral, sin entrenamiento formal.
Como evidencia de esto, presento como “exhibit” las múltiples estructuras que podemos ver en nuestros campos, construidas en las laderas de las lomas y montañas apoyándose sobre largas (y esbeltas) columnas, sin vigas que las entrelacen (arriostramientos laterales) las cuales resultan retos fáciles para las cargas de terremotos, de huracanes y de deslizamientos, provocando su colapso.
Por otro lado, tal como vimos en las construcciones de Haiti luego del terremoto, muchas de las construcciones populares no incorporan varillas de refuerzo en las paredes de bloques, ni aros suficientes en las columnas para resistir las cargas antes señaladas.

De todos los problemas, este es el más difícil, pues requiere buscar estrategias para sellar la brecha entre los recursos limitados de los dueños y usuarios y el acceso a los profesionales debidamente entrenados de la construcción. Sin embargo, hay posibilidades.

Grupos integrados por profesores y estudiantes de ingeniería y arquitectura, pueden ofrecer servicios a comunidades que de otra manera no pueden accesar los servicios profesionales.
Otra manera es crear a través de los mismos recursos y con la participación de los colegios profesionales, talleres de formación técnica que eleven la calidad de nuestra construcción y diseño participativo (¡Home Depot nos lleva la delantera!). Después de todo, hay poco trabajo…y mucha necesidad de servicio.

¡Podemos hacer un mejor país…o una mejor nación…según su preferencia semántica!

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