Puerto Rico y su agenda de energía renovable
El caso de Costa Rica
Comparémonos por un momento con Costa Rica, un país centroamericano con una superficie territorial de 19,729 millas cuadradas (3,435 m.c. para PR), población de 5 MM habitantes (nosotros con < de 3MM) y con dos costas marítimas (nosotros tenemos cuatro). Es una de las democracias más consolidadas del mundo. Ganó reconocimiento mundial por abolir el ejército el 1 de diciembre de 1948, abolición que fue perpetuada en la Constitución Política de 1949. Su índice de desarrollo humano de 2015 es el sexto mejor de Latinoamérica, además, en la clasificación del Índice de Competitividad Global de 2016 se ubicó en el lugar 54 a nivel mundial y tercero a nivel latinoamericano. Costa Rica se perfila como uno de los países más desarrollados de América, destacándose en los índices ambientales, de libertad de prensa, seguridad, igualdad, democracia, salud y educación.
¡Inició aprendiendo de nosotros y ahora somos nosotros los que tenemos que aprender de ellos!
En el ámbito energético, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) informó recientemente que por segundo año consecutivo el 98% de la energía que consumió Costa Rica provino de fuentes renovables. Los datos del ICE indican que en 2016 la generación eléctrica total de Costa Rica fue de 10.778 gigavatios hora (GWh) y que en ese periodo se alcanzó el 98,2% de energía renovable, proveniente de las hidroeléctricas (74,39 %), la geotermia (12,43 %), las plantas eólicas (10,65 %), la biomasa (0,73 %) y los paneles solares (0,01 %). Solamente el 1,79 % de la generación de 2016 estuvo a cargo de las plantas térmicas que utilizan hidrocarburos.
Puerto Rico puede hacerlo mejor de lo que hamos logrado a la fecha. El Informe final del estudio "Achievable Renewable Energy Targets for Puerto Rico's Renewable Energy Portfolio Standard”, provee una guía acerca de los mínimos alcanzables en energía renovable a integrarse en el portafolio de recursos para la producción de electricidad en Puerto Rico. El informe indica que utilizando sólo el 10% del recurso disponible en el viento, solar fotovoltaico y olas del mar podemos producir el 115% de la energía eléctrica consumida en Puerto Rico en el año 2006 (energía, no potencia eléctrica). (¡Ya se nos han pasado 11 años!).
En Puerto Rico poseemos abundantes recursos energéticos renovables y no debemos preguntarnos como integrar estos recursos a la red eléctrica existente sino lo contrario, debemos preguntarnos como ajustamos la red eléctrica existente, tanto la infraestructura como planificación y operación de la misma, para permitir el máximo uso de la energía del viento, sol, océano y otros.
El acercamiento ensayado ha sido mayormente de grandes inversiones en proyectos emblemáticos de fotovoltaicos y de fincas eólicas. Estos requieren grandes inversiones, APP’s, y provocan por su conflictos con otros usos agrícolas y ambientales , discordia entre aún las personas que apoyen el desarrollo de un sistema sustentable de generación de energía. Otro “impedimento” señalado, ha sido la ausencia de personal calificado para instalar y operar estos sistemas….(a estas escalas, por supuesto.)
Una alternativa democrática y populista.
Yo pienso que hay lugar para ensayar un acercamiento distinto. Impactó sobremanera cuando viajando por Israel, y noté que (casi) TODAS las viviendas tienen calentadores de agua solares en sus techos. Pienso que podemos hacer lo mismo, tanto con los calentadores de agua, como con la generación por paneles foto voltaicos.
La construcción de ambos tipos de paneles, aunque distintos, pueden ser realizados por obreros diestros, de los cuales tenemos muchos, y no están envueltos en la construcción por la crisis económica den la industria. Las iglesias, las cooperativas, las escuelas vocacionales, las universidades y las organizaciones de base comunitarias, pueden ser vehículos para desarrollar centros de entrenamiento en la construcción e instalación de los paneles para calentar agua y para generar energía fotovoltaica.
Esta es una oportunidad para crear conciencia ambiental, fuentes de empleo y de auto empleo, reducir la dependencia de combustibles fósiles, crear riqueza y aumentar la producción del país. Esta solución, de poco a poco, ocurre en áreas pobladas, ya implantadas, y por su condición incremental resulta en una de mínimo impacto ambiental y gran impacto social. “Small is Beautifull”.
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